El producto creativo es una parte "tangible de la
creatividad" y es algo que se puede ver, tocar, oler,
leer, escuchar, etc., o sea, percibir inmediatamente por
los sentidos. Muchos llaman creatividad lo que en realidad
es apenas un producto creativo. Varias personas piensan
que creativo es el producto, o sea: el libro, el cuadro,
la invención, la teoría, etc.
Manuela Romo, una especialista española
sobre el tema, en la página 49 de su libro Psicología
de la creatividad, afirma que la creación debe
implicar un producto porque crear es un verbo transitivo.
Y la autora prosigue:
Es algo prodigioso que las producciones
de la mente de unos pocos consigan transcender de tal
manera en las vidas de los demás; es lo grandioso
de esa música capaz de transportarnos a sublimes
experiencias o de un poema capaz de emocionarnos; es recrearnos
en el goce estético al contemplar una pintura;
y también es el fuerte impacto de los revolucionarios
descubrimientos sobre el origen del universo o sobre el
origen y evolución de nuestra especie. Es la transcendencia
social de los avances tecnológicos; naves espaciales
explorando los confines del sistema solar, aceleradores
de partículas, superconductores, ingeniería
genética... Y en unos términos de análisis
más cotidianos basta con reparar en lo que ha cambiado
nuestra vida desde el descubrimiento de la electricidad
y la máquina de vapor. Es el asombro, la perplejidad
al asomarse al mundo físico de las partículas
subatómicas, de lo más pequeño o...
de lo más grande ¡del universo!
El estudio de los productos creativos es la base sobre
la que descansa toda investigación en la creatividad
y hasta que este fundamento no esté firmemente
construido, toda la investigación dejará
mucho que desear." (D. Mackinnon, 1975, pag.71).
Hago mías estas palabras de Donald Mackinnon al
resaltar desde el punto de vista epistemológico
la importancia absoluta del producto para poder avanzar
con paso firme en la teorización de la creatividad.
Querido lector, le toca ahora dialogar con
lo que ha leído.
· cierre los ojos y recuerde el producto
creativo más impactante que haya visto hasta el
día de hoy. ¿Cómo es? ¿Por
qué lo llama creativo?
· Levante los ojos retirándolos de la lectura
de este texto. Mire a su alrededor. Imagine algo que le
gustaría crear para arreglar el ambiente en el
que está. ¿Cómo sería el producto
creativo? ¿Por qué?
· Imagine que va a su local de trabajo, ¿cuáles
son los productos creativos que intenta crear con sus
alumnos o compañeros de trabajo?
· ¿Qué es un producto creativo para
usted?
· ¿Podríamos llamar al pensamiento
un producto creativo? ¿por qué?
Esa última pregunta es muy importante
para la reflexión propuesta por este artículo
con respecto a la cuestión del pensamiento creativo.
Para Lipman, "el pensamiento se comporta a veces
como un arte funcional y otras como un arte creativo.
Es funcional del mismo modo en que un músico se
preocupa de seguir el criterio de máxima adecuación
a la partitura y es creativo cuando pretende la máxima
originalidad. Esto mismo sucede con el pensamiento. Podemos
ponderar un texto, intentar descubrir su significado más
inexpugnable y con ello funcionamos estrictamente; pero
también podríamos inventarnos una nueva
hipótesis o escribir un ensayo ingenioso, resultando
entonces mucho más que compositores funcionalistas.
Al analizar el pensamiento hemos de tener presentes ambas
direcciones." (Lipman, 1997, p.126)
Y, ¿para usted puede ser el pensamiento
un producto creativo? ¿Por qué?
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