Antes de empezar a adjetivar la educación
de "reflexiva", vamos a pensar primero en el propio concepto
de educar, que es algo más que el conjunto de los procesos
de enseñar y de aprender. Desde nuestra perspectiva educar
es algo más amplio que nos hace plantear preguntas como
esas:¿Por qué existe la educación? ¿Para que educar? Parece
ser que unas respuestas dependen de las otras y todas
apuntan hacia la cuestión de que la educación es un tarea
eminentemente ética. O sea, la educación existe porque
el ser humano necesita aprender a ser consciente de sí
mismo, del otro y del mundo y necesita aprender a convivir
y a estar frente al otro de forma respetuosa y evolucionada.
Para ello la educación vehicula los conocimientos necesarios
para el descubrimiento del mundo (en sus múltiples dimensiones:
física, matemática, geográfica, científica, artística,
religiosa, etc). Por eso, pensar en la finalidad (¿para
qué?) de la educación y en las razones (¿por qué?) que
sustentan su existencia en el medio humano es asumir que
no hay como educar sin hacerlo desde una perspectiva ética.
Eso es así porque la ética es una dimensión que constituye
la educación como tal y justifica su existencia. Estamos
de acuerdo con él filósofo de la educación Joan-Carles
Mèlich cuando afirma que sólo podemos hablar de educación
si existe relación ética. De lo contrario sólo hablaríamos
de adoctrinamiento, adiestramiento y ese tipo de cosas.
El mismo autor afirma que la ética es hospitalidad y acogida.
Así que podemos concluir que lo que justifica la existencia
de la educación es el encuentro entre los humanos y las
relaciones de receptividad y de cuidado que entre ellos
se producen. Es importante saber que nunca seremos totalmente
éticos, sino que siempre vamos a estar pasando por multitud
de situaciones y circunstancias que nos harán dudar de
nuestros valores, principios y reglas y con los valores,
principios y reglas de los grupos a los que pertenecemos.
¡Volverse una persona ética es tarea para toda una vida!
Realizar la dimensión ética de la educación con nuestros
niños y jóvenes no será diferente. Educar y educarse son
procesos continuos individuales y colectivos. Y como "ser
ético" es un proyecto que dura hasta el último día de
nuestras vidas, es necesario ver esta cuestión desde una
perspectiva reflexiva. O sea, no se puede pensar la educación
sin la reflexión cuando se plantea este tipo de mirada.
De esta forma podemos entrar en la búsqueda del concepto
de educación reflexiva. ¿Qué caracteriza una educación
reflexiva? Para contestar a esa pregunta hace falta proponer
unas preguntas claves, cuyas respuestas "dibujan" un mapa
de entendimiento conceptual, veámoslas:
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Las preguntas ¿para que? y ¿por qué?
ya fueran tratadas anteriormente. La pregunta ¿qué?
tiene que ver con los contenidos, los conocimientos y
las informaciones que la educación debe vehicular
en su labor. En este artículo no profundizaremos
en esta cuestión, así queda algo para posteriores
reflexiones. Nuestro foco estará en la pregunta
¿cómo? porque es la que nos permitirá
realizar la conexión pretendida en el título
de este artículo. Hablar del cómo es hablar
de método, proceso, pensamiento, etc.
Hablar de método reflexivo es tener
como presupuesto la idea de Montaigne de hacer a los alumnos
mostrar lo que piensan y cómo piensan, para poder
intervenir y proponer avances en la reflexión poniendo
el pensamiento en movimiento. Esta idea no es nueva ni
original; la podemos ver también en otros pensadores
como Sócrates, Kant y Lipman. El foco principal
de esa idea, es de forma explícita, la dimensión
racional del ser humano, la racionalidad. Ahora bien,
proponemos ir más allá con otro punto importante
a resaltar, la razonabilidad, término acuñado
por Matthew Lipman para hablar de una razón que
es al mismo tiempo crítica, creativa y éticamente
cuidadosa.
Para llegar a la razonabilidad y para promover
la reflexión es necesaria una aula propicia dónde
se utilicen algunos procedimientos esenciales como por
ejemplo que los niños y jóvenes puedan elaborar
sus juicios intuitivos y construir un camino de su entendimiento
sobre los contenidos trabajados. Es decir, estimularlos
a partir de ellos mismos, de sus intuiciones, sus dudas
y cuestiones, sus conocimientos previos y facilitarles
herramientas reflexivas para que puedan elaborar esas
intuiciones construyendo un camino de entendimiento que
amplíe y profundice sus ideas iniciales. Eso implica
algunas cosas tales como el aprendizaje de pensar mejor
(crítico, creativo y cuidadoso); la utilización
del pensamiento como "procesador de la experiencia
y de la información; el desarrollo de la "memoria
creadora" y el encuentro con el otro (DIA LOGOS).
En los apartados sobre pensamiento y sobre proceso profundizaremos
en los dos primeros puntos señalizados. Por ahora
vamos a dejar algunas ideas-provocadoras para reflexionar
sobre la memoria creadora y sobre el diálogo.
La memoria es como el cuadrado, tiene fama
de "poco creativa". Inclusive, en los discursos
pedagógicos vigentes se suele utilizar la palabra
memoria en contraposición a la palabra creatividad.
Así que suena raro utilizar la expresión
memoria creadora. Pero es el filósofo español
José Antonio Marina que nos da algunas indicaciones
interesantes sobre el tema en su libro La inteligencia
creadora. Para ese autor, con el que estamos de acuerdo,
el sujeto piensa, percibe, actúa desde su memoria,
que es un conjunto de posibilidades de acción.
Para quién duda de esta afirmación, la película
Memento ofrece una buena imagen para motivar nuestra reflexión.
Esa película narra la historia de un personaje
que no tiene más de 3 minutos de memoria, transcurrido
ese tiempo todos los hechos, personas y ambientes se borran
de su mente. La historia de la película demuestra
todo lo que tiene que hacer ese personaje para creer que
sigue siendo quién es y para manejar una realidad
que él nunca esta totalmente seguro si es o no
es la "verdadera".
Marina afirma que, para ser creadora, la
memoria tiene que tener una índole dinámica
y debe ser manejada dentro de un proyecto creador. O sea,
tener un proyecto creador es lo que motiva la memoria
a que sea creadora y no solamente un "armario"
en el cual se guarda el acervo de informaciones, experiencias
y vivencias. Pero eso, a primera vista puede parecer difícil
de lograr, por eso volvemos a la actividad con nuestros
cuadrados iniciales, bien como allí, aquí
hay que buscar nuevas posibilidades para hacerlo. Para
Marina, el sujeto puede construir su memoria, y darle
una estructura dinámica y creadora. El asunto es
constituir hábitos, es decir, destrezas y habilidades
estables que puedan dominar la producción de ocurrencias.
Una manera de hacerlo es buscando modos
de desarrollar la capacidad de pensar por sí mismo
de manera dinámica y instigante y no meramente
de forma repetidora. Hay que instigar a los alumnos a
que muevan su memoria y que no la traten como meros receptáculos
en los cuales guardamos nuestro pasado. Una buena manera
de hacer eso es creando espacios en los cuales los niños
y jóvenes tienen que poner su pensamiento en marcha
ejercitando esas destrezas y habilidades que pueden despertar
la memoria de su silencio durmiente. Existen algunas cuantas
propuestas pedagógicas en esta dirección,
vamos a citar una que conocemos más a fondo, en
función de nuestra labor en esta línea,
desde la década de 80. Mathew Lipman, el filósofo
creador del programa de Filosofía para Niños
propone la transformación del aula en comunidades
de investigación.
Para lograr que el aula se convierta en
una comunidad de investigación es necesario utilizar
una metodología dialógica. Para que cada
alumno aprenda a pensar por sí mismo hay que proponer
pensar colectivamente y para eso es necesario aprender
a dialogar. Según David Bohm, El verdadero objetivo
del diálogo es penetrar en el proceso de pensamiento
y transformar el proceso del pensamiento colectivo. Eso
significa transformar el aula en un espacio de aprendizaje
del ejercicio del diálogo, ya que es un lugar privilegiado
dónde aprender a traducir ese diálogo en
acciones y actitudes.
En resumen lo que llamamos educación
reflexiva es algo que:
· Responde a unas finalidades y razones éticas
· Presupone que educar es un encuentro con el otro
( DIA LOGOS)
· Presupone un aprender a pensar mejor (crítica,
creativa y cuidadosamente)
· Propone la utilización del pensamiento
como "procesador de la experiencia y de la información"
· Propone el desarrollo de la "memoria creadora"
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