MUNDOS REFLEXIONADOS   

2.1: Educación reflexiva: ¿qué es?

Antes de empezar a adjetivar la educación de "reflexiva", vamos a pensar primero en el propio concepto de educar, que es algo más que el conjunto de los procesos de enseñar y de aprender. Desde nuestra perspectiva educar es algo más amplio que nos hace plantear preguntas como esas:¿Por qué existe la educación? ¿Para que educar? Parece ser que unas respuestas dependen de las otras y todas apuntan hacia la cuestión de que la educación es un tarea eminentemente ética. O sea, la educación existe porque el ser humano necesita aprender a ser consciente de sí mismo, del otro y del mundo y necesita aprender a convivir y a estar frente al otro de forma respetuosa y evolucionada. Para ello la educación vehicula los conocimientos necesarios para el descubrimiento del mundo (en sus múltiples dimensiones: física, matemática, geográfica, científica, artística, religiosa, etc). Por eso, pensar en la finalidad (¿para qué?) de la educación y en las razones (¿por qué?) que sustentan su existencia en el medio humano es asumir que no hay como educar sin hacerlo desde una perspectiva ética. Eso es así porque la ética es una dimensión que constituye la educación como tal y justifica su existencia. Estamos de acuerdo con él filósofo de la educación Joan-Carles Mèlich cuando afirma que sólo podemos hablar de educación si existe relación ética. De lo contrario sólo hablaríamos de adoctrinamiento, adiestramiento y ese tipo de cosas. El mismo autor afirma que la ética es hospitalidad y acogida. Así que podemos concluir que lo que justifica la existencia de la educación es el encuentro entre los humanos y las relaciones de receptividad y de cuidado que entre ellos se producen. Es importante saber que nunca seremos totalmente éticos, sino que siempre vamos a estar pasando por multitud de situaciones y circunstancias que nos harán dudar de nuestros valores, principios y reglas y con los valores, principios y reglas de los grupos a los que pertenecemos. ¡Volverse una persona ética es tarea para toda una vida! Realizar la dimensión ética de la educación con nuestros niños y jóvenes no será diferente. Educar y educarse son procesos continuos individuales y colectivos. Y como "ser ético" es un proyecto que dura hasta el último día de nuestras vidas, es necesario ver esta cuestión desde una perspectiva reflexiva. O sea, no se puede pensar la educación sin la reflexión cuando se plantea este tipo de mirada. De esta forma podemos entrar en la búsqueda del concepto de educación reflexiva. ¿Qué caracteriza una educación reflexiva? Para contestar a esa pregunta hace falta proponer unas preguntas claves, cuyas respuestas "dibujan" un mapa de entendimiento conceptual, veámoslas:


¿para que?
¿por qué?
¿qué?
¿cómo?

Las preguntas ¿para que? y ¿por qué? ya fueran tratadas anteriormente. La pregunta ¿qué? tiene que ver con los contenidos, los conocimientos y las informaciones que la educación debe vehicular en su labor. En este artículo no profundizaremos en esta cuestión, así queda algo para posteriores reflexiones. Nuestro foco estará en la pregunta ¿cómo? porque es la que nos permitirá realizar la conexión pretendida en el título de este artículo. Hablar del cómo es hablar de método, proceso, pensamiento, etc.

Hablar de método reflexivo es tener como presupuesto la idea de Montaigne de hacer a los alumnos mostrar lo que piensan y cómo piensan, para poder intervenir y proponer avances en la reflexión poniendo el pensamiento en movimiento. Esta idea no es nueva ni original; la podemos ver también en otros pensadores como Sócrates, Kant y Lipman. El foco principal de esa idea, es de forma explícita, la dimensión racional del ser humano, la racionalidad. Ahora bien, proponemos ir más allá con otro punto importante a resaltar, la razonabilidad, término acuñado por Matthew Lipman para hablar de una razón que es al mismo tiempo crítica, creativa y éticamente cuidadosa.

Para llegar a la razonabilidad y para promover la reflexión es necesaria una aula propicia dónde se utilicen algunos procedimientos esenciales como por ejemplo que los niños y jóvenes puedan elaborar sus juicios intuitivos y construir un camino de su entendimiento sobre los contenidos trabajados. Es decir, estimularlos a partir de ellos mismos, de sus intuiciones, sus dudas y cuestiones, sus conocimientos previos y facilitarles herramientas reflexivas para que puedan elaborar esas intuiciones construyendo un camino de entendimiento que amplíe y profundice sus ideas iniciales. Eso implica algunas cosas tales como el aprendizaje de pensar mejor (crítico, creativo y cuidadoso); la utilización del pensamiento como "procesador de la experiencia y de la información; el desarrollo de la "memoria creadora" y el encuentro con el otro (DIA LOGOS). En los apartados sobre pensamiento y sobre proceso profundizaremos en los dos primeros puntos señalizados. Por ahora vamos a dejar algunas ideas-provocadoras para reflexionar sobre la memoria creadora y sobre el diálogo.

La memoria es como el cuadrado, tiene fama de "poco creativa". Inclusive, en los discursos pedagógicos vigentes se suele utilizar la palabra memoria en contraposición a la palabra creatividad. Así que suena raro utilizar la expresión memoria creadora. Pero es el filósofo español José Antonio Marina que nos da algunas indicaciones interesantes sobre el tema en su libro La inteligencia creadora. Para ese autor, con el que estamos de acuerdo, el sujeto piensa, percibe, actúa desde su memoria, que es un conjunto de posibilidades de acción. Para quién duda de esta afirmación, la película Memento ofrece una buena imagen para motivar nuestra reflexión. Esa película narra la historia de un personaje que no tiene más de 3 minutos de memoria, transcurrido ese tiempo todos los hechos, personas y ambientes se borran de su mente. La historia de la película demuestra todo lo que tiene que hacer ese personaje para creer que sigue siendo quién es y para manejar una realidad que él nunca esta totalmente seguro si es o no es la "verdadera".

Marina afirma que, para ser creadora, la memoria tiene que tener una índole dinámica y debe ser manejada dentro de un proyecto creador. O sea, tener un proyecto creador es lo que motiva la memoria a que sea creadora y no solamente un "armario" en el cual se guarda el acervo de informaciones, experiencias y vivencias. Pero eso, a primera vista puede parecer difícil de lograr, por eso volvemos a la actividad con nuestros cuadrados iniciales, bien como allí, aquí hay que buscar nuevas posibilidades para hacerlo. Para Marina, el sujeto puede construir su memoria, y darle una estructura dinámica y creadora. El asunto es constituir hábitos, es decir, destrezas y habilidades estables que puedan dominar la producción de ocurrencias.

Una manera de hacerlo es buscando modos de desarrollar la capacidad de pensar por sí mismo de manera dinámica y instigante y no meramente de forma repetidora. Hay que instigar a los alumnos a que muevan su memoria y que no la traten como meros receptáculos en los cuales guardamos nuestro pasado. Una buena manera de hacer eso es creando espacios en los cuales los niños y jóvenes tienen que poner su pensamiento en marcha ejercitando esas destrezas y habilidades que pueden despertar la memoria de su silencio durmiente. Existen algunas cuantas propuestas pedagógicas en esta dirección, vamos a citar una que conocemos más a fondo, en función de nuestra labor en esta línea, desde la década de 80. Mathew Lipman, el filósofo creador del programa de Filosofía para Niños propone la transformación del aula en comunidades de investigación.

Para lograr que el aula se convierta en una comunidad de investigación es necesario utilizar una metodología dialógica. Para que cada alumno aprenda a pensar por sí mismo hay que proponer pensar colectivamente y para eso es necesario aprender a dialogar. Según David Bohm, El verdadero objetivo del diálogo es penetrar en el proceso de pensamiento y transformar el proceso del pensamiento colectivo. Eso significa transformar el aula en un espacio de aprendizaje del ejercicio del diálogo, ya que es un lugar privilegiado dónde aprender a traducir ese diálogo en acciones y actitudes.

En resumen lo que llamamos educación reflexiva es algo que:

· Responde a unas finalidades y razones éticas
· Presupone que educar es un encuentro con el otro ( DIA LOGOS)
· Presupone un aprender a pensar mejor (crítica, creativa y cuidadosamente)
· Propone la utilización del pensamiento como "procesador de la experiencia y de la información"
· Propone el desarrollo de la "memoria creadora"


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