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LISISTRATA EN HELLAS
Koldobika G. Vío
Pallazo sin fronteras y educador
URRATXA@terra.es

Introducción: A propósito de días mundiales, y porque dos años después sigue siendo actualidad, y urge seguir respondiendo y haciendo lo mismo...


Me encontraba en Thessaloniki, Grecia, cuando oí hablar por primera vez de “lisistrata”. Por lo visto unos actores en EE.UU. habían ideado dedicar un día a hacer acciones de protesta a la guerra contra Irak, lo habían movido por internet y en esos momentos el 3 de marzo del 2003 era la cita mundial del mundo del teatro para dar su no a la guerra. Una interesante iniciativa, y con un apropiado nombre, el de aquella comedia de Aristófanes en que una parte del pueblo llano, las mujeres, decide quejarse y poner fin a una guerra en la que no participan y en la que no creen.

Me encontré con mis amigos cuando habían salido de la reunión en que les explicaron “Lisistrata” y empezaron a contármelo. Todo estaba aún algo confuso, o al menos para mí, por aquello del idioma y la gran cantidad de información. Por lo visto en Thessaloniki las gentes del teatro se iban a juntar en un gran teatro de la ciudad (finalmente era el Royal Theatre, dependiente del Teatro Nacional de Grecia del Norte, o Macedonia-Tracia), a hacer diversos actos, tal como la lectura de un fragmento de “Lisistrata”, y cómo no, un pica-pica y hablar y encontrarse. Pero las personas que me estaban contando esto eran estudiantes de 3º de arte dramático en la Universidad Aristóteles, en Thessaloniki, y ellos querían hacer algo... algo diferente.

Pocos días antes me había sorprendido mucho ver cómo una de las obras de teatro de lectura obligada para un examen de carrera era un texto de Agusto Boal... Me sorprendía tanto este hecho como el ver un texto teatral de Boal traducido y publicado en Griego... yo había pasado horas mirando este libro con gran envidia y el deseo de leerlo, nunca jamás había encontrado un texto dramático de Boal en Castellano. Y he de decir que este fue precisamente uno de los textos que más había agradado a la gente al leerlo. Por ello lo que estaban ahora pensando era hacer algo que tuviese que ver con Boal. Querían hacer algo en la calle, usar algo de este texto... El caso es que, sabiendo que yo había trabajado con las técnicas de Boal me pidieron ayuda y me invitaron a su primer día de trabajo cara a “Lisistrata”, tan solamente a cinco días vista.

Cuando llegué allí fue cuando tome conciencia realmente de quiénes eran, cuántos eran y de qué querían hacer. No eran todos los alumnos de la escuela sino solo cinco de tercero. Tenían las ideas teóricas de Boal en la cabeza mezcladas y querían hacer algo en la calle para la gente de la calle, no solo en el teatro para la gente del teatro. Aclaramos conceptos del Teatro del Oprimido de Boal, qué era exactamente Teatro Invisible, Teatro Imagen y Teatro Forum. Descartamos claramente este último por su complejidad y el poco tiempo disponible, así como por el marco de calle que deseaban. Les encantaba el Invisible, pero veíamos que para hablar de la guerra con esta técnica debíamos encontrar una acción –invisible- que crease en la gente de la calle debate, y nos parecía que deberíamos hacer algo demasiado fuerte o complejo, y no teníamos tiempo para crearlo y diseñarlo bien. Así que creímos más factible hacer algo de Teatro Imagen.

Tras este previo directamente les puse en acción. Empezamos a buscar imágenes, empezamos a buscar conceptos, pero sin hablar, con el trabajo del cuerpo, con el poder de las imágenes en silencio, exactamente lo mismo que la gente de la calle habría de ver y entender. Paramos para analizar las primeras imágenes que habían surgido y ya aparecían muchos apellidos para la palabra “Guerra”, imágenes cargadas de puntos de vista: los muertos para siempre, las personas en otros países que piensan que no es su historia, la comercialización de la guerra a través de la prensa... Y empezamos por fin a hablar, a analizar lo que estábamos encontrando. En este país les encanta hablar y se pueden perder durante horas con ello y discutiendo de matices... esto son los Balcanes... Detuve en seguida esto para poner en práctica otras técnicas para decidir temas secundarios que podríamos usar en nuestra acción de Teatro Imagen. Ahora teníamos un papel con la palabra “Guerra” en el centro, y en dos círculos concéntricos habían ido apareciendo nuestras visiones en torno a ello. Mi propuesta era encontrar una imagen sobre la guerra como realidad, como lo que es, que pudiéramos usar como embrión del trabajo, como tema central, limpia del resto de ideas, y que después iríamos añadiendo el resto.

El resto de la sesión fueron ensayos de encontrar este embrión. Y al terminar quedamos para el día siguiente y preparamos unos carteles para poner por la Universidad para que otras personas se pudieran incorporar al proceso. De vuelta a casa un comentario interesante: “Has conseguido que gente que políticamente pensamos diferente nos pongamos a trabajar juntos, sin perdernos hablando, y hemos empezado algo”.

Al día siguiente éramos casi el doble, y yo me encontré, tras reexplicar las cosas de Boal y qué habíamos hecho, dinamizando un proceso de creación colectiva. Comenzamos jugando con imágenes, creación de imágenes a dos, siempre sin hablar, creación de historias por imágenes que se continuaban, creación de imágenes cada vez en grupos más grandes hasta hacerlo todos juntos y continuando una historia como si fueran viñetas de un cómic. Con ello estábamos integrando a las nuevas personas y nos entrenábamos para los pasos finales de un Teatro Imagen.

Boal habla de la imagen “Real” y la imagen “Ideal”. Trabajamos para encontrar esa imagen “Real”. El grupo se decidió por una imagen de guerra en la frontera, con la línea real representada. Estaban los combatientes y estaban unas fuerzas en segunda línea, como los impulsores o poderes ocultos que generan la guerra. Buscaron una imagen que representase esta guerra y cualquiera. Cuando se trabaja con tiempo uno se puede detener en muchas cosas para mejorar la imagen ideada... pero cuando no entiendes nada de lo que ellos hablan y analizan sobre cada imagen que realizan, y cuando, como pasa con todo el mundo, fácilmente hablan demasiado, a veces es bueno agarrarse a soluciones que caen del cielo. En este caso fue una secuencia de imágenes que necesitaron hacer para dar a entender lo que habían hecho: el pueblo estaba unido, alguien puso fronteras, y la gente empezó a desear lo que había en el otro lado, para así empezar las guerras. Cuando uno necesita un sonido para que la gente entienda una imagen es porque la imagen no dice aún lo que tú quieres, o tú crees que no lo dice. De la misma manera cuando necesitas más imágenes para que la gente entienda la imagen embrión que ha de representar claramente la guerra, a esa imagen le puede estar faltando algo, pero decidimos coger esto y así empezábamos a tener una acción dramática. Y ganábamos una batalla al tiempo escaso que teníamos.

En mi cabeza yo ya tenía el diseño de lo que íbamos a hacer, sería este:

? Imágenes previas. Un total de cuatro, hasta llegar a
? Imagen Embrión, o Real sobre la Guerra
? A partir de aquí vendrían las imágenes sobre conceptos asociados a la guerra que nos interesaba transmitir, siguiendo el siguiente esquema: Imagen asociada - Imagen Embrión - Imagen asociada – Imagen Embrión... Estas imágenes asociadas serían 5, a salir del trabajo hecho el día anterior, naturalmente enriquecido con los nuevos participantes.
? Terminando lo anterior en la Imagen Embrión, desde ella buscaríamos la Imagen Ideal. Más adelante explicaré mi idea para hacerlo y cómo lo resolveríamos.

El final de esta segunda sesión fue la elección de los conceptos para las Imágenes asociadas y empezar a buscarlas. Es difícil explicar cómo se pueden liar a hablar y lo difícil que es no poder participar o direccionar nada. Pero también es cierto que esto lo estaba haciendo todo más suyo aún. Esa noche tras bastantes horas de trabajo solo teníamos dos imágenes más y los cinco conceptos, que eran: Muerte, negocio, terror, frustración y “no sé, no veo, no oigo”

Camino de casa seguíamos contentos del proceso. Yo empieba a tener la conciencia de que es imposible tener tiempo para aplicar todos los matices de las técnicas de Boal y otras que yo normalmente asocio. Lo importante era lograr estar en la calle, con algo sólido y que transmita. Coincidían conmigo en que era importante superar la inactividad, y comentaban la necesidad de llegar a la calle, que mientras que el resto del mundo teatral de Thessaloniki estaría dentro de un teatro haciendo cosas para ellos, nosotros estaríamos en la calle haciendo pensar a algunos. En este momento tomé conciencia de la importancia de lo que estábamos haciendo: leer “Lisistrata” para quejarse por una guerra, ante compañeros, y encima que te aplaudan por tu buena lectura es algo extremadamente paradójico...

1 de Marzo, nueva cita, somos 12. Otra vez calentamiento reincorporando gente, pero esta vez esto nos da feedback sobre lo que transmitimos, y es cercano a lo que intentábamos decir. Nos cuesta muchísimo encontrar las otras tres imágenes, cada vez que nos acercamos a la ideología y opinión las cosas se complican. Cuando por fin realizamos esto, pasamos a la búsqueda de la Imagen Ideal. Yo quería que lo vivieran como una improvisación de imágenes en búsqueda, percibiendo la duda del siguiente paso, la dificultad de encontrar, la dificultad de entender el camino del otro, de integrarlo en el propio. Quería que esta parte de la acción teatral represente, por oposición con lo estático de la primera parte, la necesidad de movimiento para alcanzar el ideal, y a su vez represente la verdad de un camino hacia un ideal, sin soluciones previas y ni seguras. Nadie sabe cómo se alcanza la paz de verdad, tenemos sueños, hay que compartirlos, cuestionarlos en la acción, en hacerlos comunes, cada movimiento genera tantas dudas como soluciones, cargado de aportaciones individuales, hasta encontrar algo nuevo común, que no será perfecto pero estará más cerca del ideal.

Los primeros intentos fueron caóticos pero nos dan la información precisa para ver los caminos que usaremos al final. Esta parte del Teatro Imagen la cerraremos al día siguiente en el último encuentro de trabajo. Al final todo serán movimientos a cámara lenta que pasan por las siguientes fases:

? Preguntarse a uno mismo porqué hago la guerra y detenerse.
? Detener a los poderes que están detrás.
? Qué hago con las fronteras.
? Unirse de nuevo.
? Y abrirse al público.

La construcción de esto al final opta por una línea dura. Los poderes que están tras la guerra morirán, pero habrá una parte del pueblo que se suicide por ello. El pueblo termina unido pero no feliz, mira con dolor a las personas que han perdido en el proceso para encontrar la unión. Creo que es muy interesante lo que se encontró, porque está cargado de más preguntas, de dudas... El Ideal se sustenta sobre el proceso para encontrarlo, y el proceso no hay garantías de que sea el ideal, y habremos de vivir con las consecuencias de ello.

Decidimos que al final se abrirían hacia el público y veríamos que pasaba, improvisaríamos con eso, aprenderíamos de ello y lo iríamos incorporando en el momento, y cara a cada nueva representación.

Estos dos últimos días de trabajo también fueron cuando hemos decidimos el resto de los detalles de la puesta en escena. El recorrido, el vestuario, la música que sería percusión simple en vivo con un tambor tradicional y latas, y los ritmos, cómo marcar los cambios de imágenes y cuando subir en intensidad o bajar para intensificar el sentido de las imágenes. Decidimos usar una pistola de pistones pera señalar los cambios de algunas imágenes, pero finalmente no se oía y lo eliminamos. Trabajaremos sobre una tela blanca que extenderemos en mitad de la calle y que marcará nuestro espacio escénico y en alguna medida nuestra seguridad. No diremos nada al terminar: acción en silencio y desaparecer.

El día 3 de marzo nos juntamos al mediodía y empezamos. El primer lugar es tremendamente duro pero la gente se para a verlo. Ha funcionado. Los dos siguientes acciones nos siguen demostrando lo mismo, que hay fuerza en lo que hacemos, pero que la hora es fatídica porque ya casi no hay gente en las calles. No habíamos podido empezar antes por que dos tenían un bolo. Estamos contentos aunque con poco público. Yo no podía escuchar lo que dicen la gente de la calle que nos veía, entenderlo, pero había una sensación de que se transmite, de que recogen.

Hicimos el siguiente pase en mitad de las terrazas de café, cargadas de jóvenes acomodados y bien, y fue apasionante ver cómo eran arrancados por un momento de su realidad, ajena a la guerra, y a pensar sobre ella.

Y los últimos pases de la tarde fueron en lugares muy concurridos y por fin ocurre, la gente toma parte de la acción al final, da la mano a los actores y se integran en la imagen. Se improvisa con ello, hay una toma conciencia, de unión ante los muertos... Muy interesante. No hay directrices claras pero es hermoso ver cómo la gente abandona su rol de público para “tomar parte en”.

Comimos mientras anochecía, y casi sin tiempo de descanso volvimos al último lugar de la tarde, Kamara. Todo funciona de nuevo a la perfección excepto la participación demasiado libre de dos perros callejeros de los tantos que habitan Thessaloniki. De aquí nos fuimos al teatro donde están reunidos todos los demás con lo de “Lisistrata”, entramos al hall con la percusión y salimos para hacer la acción en la calle. Sus maestros y otros estaban en el hall, pero nadie nos siguió afuera. Fue tremendamente simbólico e interesante, y de la misma manera, esta intensidad, trae la crisis. Hubo gente que quería parar. Nos hemos enfrentado con nuestros poderes, el mundo del Teatro, nuestros maestros, nuestro futuro, realmente como diría Boal, nuestros opresores reales... y es así que perdimos a una persona tras un largo rato de discusiones en griego.

Finalmente, y por suerte para la moral de todos, volveríamos a hacer la acción un par de veces más. Una cargada de adrenalina, locura y simbolismo, cortando una céntrica avenida de Thessaloniki, y una final con una bonita participación de la gente que pasaba por aquella calle.

Acabamos contentos, con la sensación de haber hecho algo, de haber transmitido a la gente de la calle, haberles invitado a detenerse y pensar por un momento, y habiendo aprendido mucho, habiendo compartido mucho. Tomando una cerveza todos discutimos sobre esto y lo otro, las ideologías se liberan, cada uno ve los matices de cada parte del día de forma diferente.

Yo rumiaba la idea de que había que haber mezclado esto con un poco de Teatro Invisible, introducirnos algunos entre el público para potenciar que se pongan a hablar sobre la guerra. Pero sobre todo estaba contento de haber compartido esto con ellos. Grecia es un país que tiene las guerras muy cerca, Macedonia especialmente. Hace tan pocos años que a poco más de 100 kilómetros de aquí había guerra, sus fronteras estaban militarizadas, y con FYROM cerradas, y a la vez iban llegando más refugiados. Esta ciudad está llena de refugiados, en el grupo de trabajo casi todos tienen un familiar que es refugiado de una u otra manera: de Albania, de Kosovo, de Micro Asia o de Pothos, de Palestina... No, no estábamos hablando de la guerra por hablar...

Al día siguiente vino la sorpresa. Salíamos en uno de los más importantes periódicos. En portada anuncian lo de “Lisistrata”, pero la foto somos nosotros cuando entramos en el hall del teatro. Y en el interior, en el artículo de dos fotos la nuestra era la grande, haciendo lo mismo. Pero lo más importante era que en contraportada un fotógrafo había captado una de nuestras escenas y estaba allí, una foto grande y con un texto muy significativo y que invitaba a la reflexión sobre la guerra. Él no sabía que éramos parte de “Lisistrata”, por ello no lo dice, él no sabía lo que queríamos decir, pero lo entendió perfectamente, y su texto como una continuación de nuestro trabajo, arranca a muchos lectores un momento de reflexión. Gracias...

Estamos pletóricos. El mundillo teatral de Thessaloniki debía estar un poco enfadado por el protagonismo robado, que parecía que también habíamos salido por la tele y en algún otro periódico. Habíamos alcanzado el objetivo con la gente de la calle mucho más allá de lo que esperábamos.

Thessaloniki, 4 de marzo del 2003: “Hoy paseo por las calles de Thessaloniki y todo sigue igual. La guerra está igual de cerca que ayer... o no... Pero hoy estamos un paso más cerca del fin para siempre de todas las guerras, algo que no sabemos quién lo verá, pero que ya llevamos mucho tiempo caminando hacia ello. Cada día hay nuevos pasos y hoy estamos seguros que ese paso, esta vez al menos, lo hemos dado nosotros, y el que hoy están dando otros, como el fotógrafo del periódico, es tan valiosos como el nuestro y nos acerca también a este sueño”.