Educación
intercultural
Norbert
Bilbeny
Universidad de Barcelona
Observatorio de Ética Intercultural del parque Científico. Barcelona
bilbeny@trivium.gh.ub.es
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CREARMUNDOS
dialoga con Norbert Bilbeny, profesor de la Universidad de Barcelona, director
del Observatorio de Ética Intercultural del Parque Científico de Barcelona y
escritor.
Ese diálogo
fue posible gracias a la utilización del chat como forma de encuentro virtual,
una vez que el profesor Bilbeny estaba como profesor invitado en USA La
experiencia ha sido interesante gracias a la disponibilidad de nuestro invitado.
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Como
ya sabes, CREARMUNDOS divulga proyectos que trabajan la filosofía con niños y
niñas que tienen como objetivo ayudar a desarrollar su capacidad de pensar.
Perfecto,
me encanta que tengan ese tipo de iniciativa. También me encantan esos
proyectos con niños y niñas. Me hubiera gustado que en mi infancia me enseñaran
algo así.
¿Por
qué te gustaría haber pasado por algo así en tu infancia?
Porque
me considero "pensativo", no "pensador", que es más
profesional..., y esto último es más difícil. Por lo cual, aprender a pensar
desde niños ha de ser útil para un pensativo. Pero una cosa no da la otra: no
por pensar "bien" se hace uno pensativo, y viceversa, aunque ser
pensativo nos lleva casi siempre a querer pensar bien, o mejor...
Qué
interesante... ¿Podrías explicar un poquito más sobre eso de ser pensativo?
Ser
pensativo es tener la propensión a ver las cosas por dentro, y de diferente
modo, y quizá también de diferentes modos a la vez. Está relacionado con la
creatividad que a ti te interesa, pero también con la inactividad activa del
artista...
Pero
pensar mejor puede ser mejor lógicamente (críticamente), mejor éticamente y
mejor creativamente, ¿verdad? Entonces, según entiendo, ser pensativo es algo
que es independiente de pensar mejor.
Sí.
Es estar abierto a todas las percepciones y a su asociación en la imaginación.
Los pensativos viven bastante de eso, no del "pensar bien".
Si
te he comprendido bien, ser pensativo es no tener un compromiso lógico
prefijado.
Desde
luego. La lógica puede ahogar el pensamiento inicial, que es curiosidad,
entusiasmo, perplejidad, carencia por rellenar...
Estamos
de acuerdo contigo sobre la lógica, pero parece ser que necesitamos del
pensamiento entero.
Recuerda
a Platón: no se empieza a filosofar con las preguntas, sino con la confusión y
la curiosidad, la "aporía" o perplejidad que nos lleva a las
preguntas.
Sí,
lo de Platón está bien y es muy sugerente, pero parece ser que los niños ya
son así, curiosos y con la mirada perpleja para el mundo...
Estamos
llamando pensamiento "entero" eso de ser crítico mientras se es
creativo y mientras se es "cuidadoso" a nivel ético.
Pero
todo eso ya es para adultos, o por lo menos para adolescentes...
Los
niños, cuando tienen oportunidad y espacio para dialogar, demuestran que tienen
capacidad creativa, crítica y cuidadosa.
¿Tú
crees? Ahora, con la tecnología digital, les empieza a fallar la concentración,
la atención, el tener tiempo para la sorpresa y vivir un rato en la sorpresa.
Creo que se mitifica la inteligencia del niño o niña, y los modos de comunicar
electrónicos, no sólo por Internet. Lo que se pierde es tiempo y espacio para
la atención, para la concentración, para la selección de datos y su asimilación.
¿Por
qué? En tu opinión, ¿cómo es que se aprende a concentrar y a estar atento?
La pregunta es procedente porque la tecnología digital, ahora, por ejemplo, está
siendo utilizada por nosotros de manera atenta, concentrada y dialogada. Quizá
los niños y niñas también pueden tener una experiencia de esa tecnología que
no tenga como consecuencia todo eso que dices; ¿qué opinas?
Se
aprende a concentrar y a estar atento con la paciencia, y hoy estamos en una
cultura de la impaciencia. Todo parece asequible a la vez, y en seguida
cualquier opción nos cansa. Saltamos entre las diferencias con tanta prisa, que
perdemos la riqueza de ellas. Soy muy descreído con las posibilidades del mundo
tecnológico para las humanidades.
Bueno...
y entonces, la educación, ¿no puede colaborar para que los niños desarrollen
el valor de la paciencia, por ejemplo?
¡Ojalá!
Mira,
ya que has hablado en diferencias, ¿qué nos dices respecto de los valores que
piensas que son importantes para que los niños sí puedan ver la riqueza de las
diferencias?
Para
valorarlas hace falta información, pero sobre todo querer informarse y saber
clasificar entre los datos obtenidos, para valorar lo propio y lo ajeno, lo que
es uno y lo que es otro; si no, perdemos el panorama mismo de la diversidad, y
todo es un amontonamiento indiferente. La educación presencial es
imprescindible y básica para dominar todo eso...
¿De
qué sirve la educación en una perspectiva de ética intercultural?
La
ética intercultural necesita de la educación, y ésta de las tres dimensiones
en las que y por las que desarrollamos actitudes e intereses para el saber y
para la ética también: tiempo, espacio, e imaginación, la tercera dimensión.
¡Qué
interesante! ¿Podrías explicar un poco más eso de tiempo, espacio e imaginación
como dimensiones para desarrollar actitudes e intereses para el saber y para la
ética?
Esta
educación sólo puede ser, en lo básico, presencial, cara a cara. Lo otro
--Internet, Cell-phone, TV, vídeo, etcétera-- sólo son medios, estímulos,
apoyos, datos, pero no nos dan el tiempo, el espacio ni la imaginación
requeridos para la educación, y así, para el saber, el gusto por el saber, el
saber crítico... y para una ética intercultural..., ¡que no puede producirse
on-line!
Espacio
para el encuentro y el desencuentro (la soledad productiva); tiempo para la
atención y la concentración (para estar a la escucha del otro); imaginación
para ver al otro y entrar en él, y para entrar también en nosotros mismos, y
querernos diferentes, mejores... En Europa hemos descuidado la psicología de la
personalidad y las ciencias de la educación...
¿Podrías
explicar un poco más sobre cómo puede producirse una ética intercultural? Has
utilizado palabras como actitudes, valores. ¿Hay algunas actitudes y algunos
valores que pueden favorecer el que la ética intercultural se produzca?
Muchas
actitudes, y no tantos "valores"... Lo fundamental es querer saber del
otro. Ahí juegan dos valores, al menos, lo reconozco: información y curiosidad
(es decir, inteligencia racional y emocional). En mi nuevo libro trato del nuevo
cognitivismo, ya no intelectualista, sino integrador.
¿Y
cómo es este nuevo "cognitivismo"?
Me
baso en las aportaciones de las neurociencias y en la teoría conexionista de la
mente, que no separa --aunque sí distingue-- entre las funciones
representacionales y las emocionales de la mente... Hay realidades
psicoculturales de la ética (las más importantes para ésta) que no existirían
sin esta integración: "motivos", "intereses", "intenciones",
"creencias"...
Y
esas realidades psicoculturales de la ética, ¿cómo aparecen en su dimensión
intercultural?
Aparecen
en muchas ocasiones, que se resumen en la necesidad de estímulos y en el hecho
mismo de evaluar. Todas las culturas necesitan motivos para replantearse a sí
mismas, o por lo menos aprender a mirarse "desde fuera", y todas
"evalúan"... Si no compartimos muchas veces los mismos estímulos y
valores, compartimos el hábito y la creencia en tales cosas. Es decir, que no
hay cultura sin interpretación. Cuando ésta no existe, la cultura --y la
interculturalidad-- se cierran, y mueren por colapso, en su aislamiento.
O
sea, que la capacidad de interpretar desempeña un papel fundamental en todo eso,
¿verdad?
Absolutamente:
es la capacidad para observar y ver; estar atento y escuchar; saber cosas y
jugar con ellas en la imaginación. Las tres dimensiones que te decía antes:
alumno y profesor compartiendo espacio, tiempo, imaginación. Todo conduce a una
inteligencia constantemente interpretante, que no se queda con la apariencia de
las cosas, ni con las cosas "sabidas"...
A
ver: entonces, estas realidades psicoculturales --motivos, intereses,
intenciones y creencias-- son "materias" --en el sentido plástico de
la palabra-- del ejercicio interpretativo y, consecuentemente, de la perspectiva
ética intercultural de la educación. ¿Se puede afirmar eso?
¡Sí!
Pero materias moldeadas con las tres dimensiones básicas de las humanidades...
La pregunta clave puede ser: ¿y cómo las enseña la educación?, ¿cómo enseñar
a buscarse un lugar, a tener un tiempo y a ser imaginativo? Pero la educación
ha tratado de hacer eso en todas las culturas y civilizaciones...
Tradicionalmente era a través de la narración y el mito, enseñar a contar y
discurrir, y sobre todo a obtener placer de estas cosas, que siempre, además,
requerían un espacio y un tiempo adecuados. ¿Dónde está todo eso ahora?
Estamos en un período de revolución de hábitos y creencias para la transmisión
de la cultura. Vosotros, con estos proyectos para niños, y la revista Aula con
esta apertura para divulgar este tipo de pensamiento, tenéis mucho que hacer,
pienso, para levantar elementos constructivos en este tiempo de literal "re-volución".
Ética intercultural, educación presencial y provocar el gusto por la imaginación
están, creo, muy ligados. La labor que nos aguarda es lenta, de varias
generaciones, pero creo que estamos en un camino sabio, porque es moderado,
busca las mediaciones, está abierto al consejo...
Cuando
haces aquellas preguntas tan buenas sobre el tiempo, el espacio y la imaginación
en la educación, ello nos hace pensar en el desencantamiento del educador, y el
desencanto del mundo contemporáneo.
De
acuerdo, el "desencanto"..., pero este es un tema más que una
realidad, porque es típico de los occidentales ricos y educados... El mundo no
está desencantado. Todo lo contrario, ¡le encanta encantarse!
Bueno...
podríamos preguntar de qué mundo hablamos...
Del
mundo mundial, no del "globalizado".
Ah,
entonces, quizá pueda ser fruto de esa educación ética cultural el reencantar
el mundo globalizado...
Fíjate
en la fuerza, hoy, de la religión, de las tradiciones reales o reinventadas, de
la música. Y fíjate en el cine... y en Hollywood, la "fabrica de sueños",
uno de los cinco grandes fenómenos culturales del siglo XX.
Sí,
parece ser que hay un "hambre de encanto". La creatividad juega algún
papel importante en todo eso, ¿verdad?
Para
una ética intercultural es muy conveniente saber encantar al otro... hacer de
la relación algo "encantador", para lo cual es importante lo de las
tres dimensiones. Sin ellas, por otra parte, no se puede desarrollar la conducta
del "cuidado" (proceed carefully) que viene a ser el resumen explícito
de la ética intercultural, que es un asunto de formas más que de contenidos.
Si bien de formas que nos permitan ocasiones con encanto para llegar a acuerdos
morales mínimos.
No
sé si la imaginación ha de servir para la creatividad, pero estoy seguro de
que la creatividad y el reencantamiento han de servir para la imaginación, tan
básica para la ética intercultural y la transmisión de la cultura.
¿Quieres
decir algo en especial a nuestros lectores y lectoras, que son los que están
cada día compartiendo espacio, tiempo e imaginación con los niños y niñas?
Sí:
¡que sean como niños, también!
Muy
bien. Ha sido un placer pasar este rato delante del ordenador. Una experiencia
de diálogo y de atención. ¿Por qué? Porque sabíamos que el ordenador es
solamente una herramienta y lo que importa es lo que pasa a través de ella.
Quizás haga falta que sepan eso los niños y los jóvenes...
Para
mí también ha sido un placer. Gracias y hasta pronto.
Entrevista
anteriormente publicada en la revista AULA – de innovación creativa nº 128,
Barcelona: enero 2004-03-24
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