MUNDOS COMPARTIDOS   

Jugando a pensar. 
Una experiencia em educación infantil.

Cristina Signes
Maestra 

csigness@teleline.es

 

En este artículo se describe una experiencia sobre “enseñar a pensar”  a través de juegos, obras de arte y cuentos, experimentada en las aulas de educación infantil de 3, 4 y 5 años en la línea del Programa de Incorporación Progresiva del Valenciano y el Programa de Inmersión Lingüística del Colegio Público Rajoletes, de Sant Joan d’Alacant.

-      Son dos chicos.

-          No, porque tienen el pelo largo.

-          Los chicos también pueden tener el pelo  largo.

-          Son chicas porque no tienen barba.

-          Pero también pueden ser chicos, algunos no tienen barba.

-          Son dos chicas porque se les ven las tetas.

Éstos y otros muchos razonamientos y argumentaciones son los que constantemente aparecen en nuestras sesiones de “pensar”.

            “Tot pensant o jugando a pensar. Un programa de filosofía para educación infantil” era el título del curso ofertado por el centro de profesores de Alicante, al que acudimos intrigadas algunas profesoras de nuestra escuela. La sorpresa, la admiración y las ganas de experimentar todo lo allí aprendido estuvieron presentes en todas las sesiones. La vuelta al aula, al día a día, estuvo cargada de intenciones, de practicar todo lo que aprendimos, y sobretodo, todo lo que vivimos.

El curso siguiente me encargué del apoyo a las aulas de infantil. Propuse al resto de profesorado mi intención de iniciar el proyecto de filosofía con todos los alumnos y alumnas del  ciclo, la idea fue bien acogida.

ORGANIZACIÓN

            A lo largo de la semana intervengo dos sesiones en cada aula, excepto en tres años que sólo lo hago una sesión. Dividimos el aula en dos grupos, en la primera sesión yo me llevo a uno de ellos y la tutora o el tutor se quedan con el resto, y en la segunda cambiamos, de tal manera que a lo largo de la semana realizan la experiencia los dos grupos. Esto permite que tanto los/as tutores/as como yo trabajemos con grupos más reducidos. Hemos buscado un espacio diferente del aula para trabajar. El centro tiene dos pabellones, uno de infantil y otro de primaria, y para las sesiones de filosofía nos desplazamos al pabellón de primaria, a un espacio habilitado para tal efecto, con carteles, una alfombra, mesas y sillas así como espacio para exponer los trabajos elaborados por el alumnado.

            Nos sentamos en el suelo como solemos hacer en la clase, y fijamos una serie de normas que nos ayudan a llevar a cabo la actividad. Algunas son las que normalmente rigen nuestras asambleas de aula, y otras  son específicas de nuestras sesiones de filosofía: pensar antes de hablar, hacer preguntas.

 

OBJETIVOS

Los objetivos fundamentales  son: iniciar en el razonamiento, desarrollo de la imaginación y promoción del diálogo en todos/as aquellos/ as niños/as que participan en la actividad.

Intentamos potenciar trasvases de conocimientos entre iguales.

La filosofía se basa en aprender a hacer preguntas; cada uno constituye su propio conocimiento, pero nadie lo puede hacer sin la ayuda de los demás.

“Una de las finalidades de este proyecto es convertir al alumno en un ser más atento al discurso, más reflexivo y más razonable; es decir: proporcionarle las herramientas para mejorar su capacidad de juicio. No pretende formar pequeños filósofos, sino formar ciudadanos que puedan hablar y pensar razonablemente, y que, en consecuencia, sean más creativos y quizás más libres.” (De Puig, Irene y Sátiro, Angélica)

“CUANDO MÁS SABEMOS DE UNA COSA MÁS CAMBIA NUESTRA MIRADA”

UNA EXPERIENCIA

Reparto a cada niño/a una fotocopia donde aparecen las figuras recortadas, sin entorno, de las mujeres del cuadro de Picasso “Mujeres corriendo en la playa”, al ser una fotocopia en blanco y negro, la imagen no es muy nítida y esto implica que el descubrimiento de lo que representa sea más complejo. ( Se utilizan diferentes recursos para presentar las obras de arte: algunas veces se recortan las figuras del cuadro y se sacan de su contexto, otras, se empieza a descubrir el cuadro por un agujero que cada vez se hace más grande, o se tapa con un papel y poco a poco se va quitando.)

Comienzan las hipótesis:

Maestra: ¿qué hay en la hoja?

Marta: Son dos personas.

Ramón: Dos chicas.

Santi: Dos niños.

Félix: Son chicas porque tienen el pelo largo.

Marcos: Son chinos porque tienen la camiseta blanca.

Miguel: Son chicas porque tienen las tetas gordas.

María: Pueden ser gemelas.

Elena: No porque una es blanca y otra es marrón y Nicole tiene la misma cara que su hermana (gemela).

Maestra: ¿Qué están haciendo?

Jorge: Juegan a saltar.

Paula: Juegan a dar volteretas.

Julio: Juegan a chocarse.

Marta: Están corriendo porque tienen las piernas estiradas.

Pablo: Irán corriendo a tirarse al agua a bañarse.

            En otra sesión colocamos las figuras en diferentes láminas de paisajes y todos/as van haciendo comentarios sobre si pueden o no estar allí.

Algunos comentan que las chicas son demasiado grandes para colocarlas en el paisaje, otros hacen diferentes comentarios:

Paula: En la nieve no, porque van descalzas y se constipan.

Francisco: En la montaña se hacen daño en los pies con las rocas.

Ivan: En el bosque no, porque las ramas les arañan.

Teresa: En el río se hacen daño con las piedras.

Aurora: En el desierto si, aunque debe quemar mucho la arena.

Raquel: En la playa, van descalzas.

Concluimos que pueden ir por el desierto o por la playa.

Les muestro el cuadro.

Maestra: ¿dónde pueden ir?

María: Se van corriendo a su casa para cambiarse porque se les ha roto el vestido.

Elena: Están jugando a correr.

Aitana: Van cogidas de la mano porque son amigas.

Maestra: ¿cuándo nos cogemos de la mano?

Mar: Cuando nos vamos de excursión.

Lucia: Cuando vamos a cruzar la calle le damos la mano a los mayores.

Joaquín: Claro porque si no nos puede pillar un coche.

            En esta ocasión solicité a algunas de las clases que me reprodujeran el cuadro como última actividad, y las producciones eran curiosas, tenían movimiento como el cuadro, y detalles que no se les escapan, como las manos cogidas, tanto si lo realizan niños y niñas de 3 años como los de 4 y/o 5 años.

EVALUACIÓN

            Un momento antes de finalizar la sesión nos paramos a evaluar lo que hemos hecho, si hemos intervenido adecuadamente, si hemos respetado el turno de palabra, si participamos todos y todas en la actividad aunque sólo sea un poco, qué hemos aprendido, qué es lo que más nos ha gustado y qué es lo que menos...

UNA SESIÓN CON LOS PADRES Y MADRES.

            En las reuniones de aula del primer trimestre informamos a las madres y padres del proyecto de filosofía que  íbamos a iniciar con sus hijos e hijas. Posteriormente, convoqué una reunión en la que  expliqué con más detenimiento dicho proyecto y realicé una sesión con todos/as ellos/as.

            Una vez les conté en qué consistían mis sesiones les propuse participar en una sesión práctica par que comprendieran realmente lo que estaba haciendo. Utilicé un cuadro de Kandinsky e hice con ellos/ as la misma actividad que había realizado con sus hijos e hijas, las mismas preguntas  y la misma progresión

Los comentarios que los adultos hacían no coincidían con los de los niños y niñas ante la misma imagen, circunstancia que confirma que las ideas previas y los conocimientos sobre las cosas determinan en muchos casos nuestros razonamientos. El resultado fue muy positivo.

Todas/os quedaron muy contentos/ as, y algunas/ os me comentaron a final de curso que habían notado un cambio en los razonamientos de sus hijo/as.

CONCLUSIONES

·         El principal objetivo, enseñar a pensar, lo he iniciado. Los niños y niñas son conscientes de que hay que reflexionar sobre nuestras experiencias, pensamientos, sentimientos, e incluso aplicarlo a las situaciones cotidianas.

·         Se dan cuenta que pensar es difícil, que es muy fácil decir “porque sí” o “porque no”, y eso en nuestras sesiones está prohibido, hay que pararse y reflexionar, y nuestros/ as alumnos/as lo hacen y participan todos/as.

·         Yo he aprendido  que pensar es difícil, pero hay que ponerse y entonces descubres que todos y todas sean de la edad que sean, son capaces de pensar, de razonar  y llegar a ideas  sorprendentes, que, sin embargo, tienen la lógica infantil.

·         Que el temor inicial a que los más pequeños, los de tres años  no respondieran o no entendieran lo que yo les proponía,  se desvaneció en el momento en el que no limito sus capacidades. Sorprende  cómo son capaces de reflexionar sobre una obra de arte o un cuento.

·         Me ayuda a mirar las cosas desde otra perspectiva, a mirar con ojos de niño/a a ponerte en su lugar y pensar desde sus experiencias, desde sus ideas de niños/as, y redescubres un mundo que ya tenías olvidado.

            En síntesis los niños y niñas de infantil siempre sorprenden, pero en esta ocasión es una experiencia realmente enriquecedora, de reflexión y aprendizaje continuo, tanto mío como de ellos/as y esto me anima a continuar con ella.

BIBLIOGRAFÍA

·         De Puig, Irene y Sátiro, Angélica. Jugar a pensar. Recursos para aprender a pensar en educación infantil. Barcelona. Eumo- Octaedro. 2000.

·         Láminas de cuadros de los pintores propuestos, Kandinski, Picasso y Miró

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